“Ser un
alienígena de un planeta a 1,3 billones de años luz significaba básicamente ser
increíble.”
Allá por el año 2012 tuve el agrado de leer
Obsidian, primer libro de la Saga Lux.
Recuerdo que cuando lo terminé, lo primero que pensé fue que había tenido entre
mis manos un libro que me había resultado súper llevadero, divertido, y con un
personaje masculino de infarto. Sin embargo, aunque me había mantenido
enganchada, la historia no me pareció gran cosa, sobre todo considerando que en
esa época estaba en pleno auge el género del romance paranormal.
De todas maneras, gracias a experiencias
previas con libros similares (Hush Hush, por ejemplo), y a todas aquellas
razones que hicieron que, a pesar de lo mencionado, le pusiera un puntaje de 4
estrellas, me animé a darle una oportunidad a los libros siguientes, y fue una
de las mejores decisiones literarias que tomé en mi vida. La
Saga Lux se convirtió en una de mis
favoritas, con una historia que la autora supo explotar de maravilla, y libros
que tuvieron ese piripipí en cuanto a trama que, para mí, le faltó al primero
(y al último, pero ese es un tema que viene al caso ahora).
¿Por qué les cuento esto? Como muchos de ustedes
sabrán, y algunos tal vez no, Oblivion es el libro #1.5 de esta Saga. Concretamente,
es la misma historia que se cuenta en Obsidian, pero desde el punto de vista de nada más ni nada menos que Daemon Black.
“Tenía que
odiarme. Así, con suerte, se alejaría de nosotros. Y eso era todo. No podía ser
de otra forma, porque aquella chica iba a traernos problemas. Era un problema
que había llegado a nuestra puerta en un paquete pequeño, con un maldito lazo y
todo.
Y lo peor de
todo es que era del tipo de problemas que me gustaban.”
Pasaron 4 años desde que leí por primera vez la
trama, y me encontré a mí misma devorando el libro, a pesar de que ya sabía
cómo iban a desarrollarse las cosas, y de que recién había vuelto de las
vacaciones, con todo lo que ello implica (cansancio, pérdida de ritmo de
lectura, etc.)
Y me encantó. Y esta vez sí decidí ponerle esa quinta
estrella que le había quitado a Obsidian. Pero no voy a mentirles. La principal
(y casi única) razón de esa quinta estrella es su protagonista.
Quienes hayan leído Obsidian, y sobre todo quienes
disfruten de los personajes masculinos como Daemon, estarán de acuerdo conmigo
en que, desde la primera vez que aparece en la historia, es imposible no
morirse de ganas de saber lo que está pensando. Oblivion (y Jennifer, por
supuesto) nos regala eso.
“Lo que
sentía por Katy era complicado y retorcido. Sí que me gustaba, pero al mismo
tiempo no. También me gustaban los lobos, pero no quería tener uno como
mascota.”
Estar dentro de la cabeza de uno de mis personajes
favoritos es sin duda lo que hizo mi lectura de este libro especial; hizo que no pudiera
soltarlo, buscando escenas que no recordaba en lo absoluto por el paso del
tiempo (como una escena en una librería, que me hizo muy pero muy feliz), o
escenas donde Daemon no estuviera en presencia de Katy, lo que significaba que
nunca antes las había leído.
Ahora bien, quizás hayan notado que en esta reseña
no está el breve resumen de la historia que suelo hacer al principio, y eso se
debe a que yo no recomiendo leer
este libro si no leyeron los otros
de la Saga, o
por lo menos el primero. ¿Por qué esto? Bueno, sencillamente porque lo que impulsó a Jennifer
a escribir Oblivion fueron los fans de la Saga. Absolutamente
todos le pedían más de Daemon, y así nació este libro, cuya versión en digital
y en el idioma original cuenta con unas 1000 páginas (sí, chicos, no se me fue
un cero, MIL) y no solamente contiene la versión de Daemon de Obsidian, sino
también las versiones de Onyx y Opal. (Antes de que lo pregunten, es probable
—lo que no quiere decir que se haga— que Plataforma Neo saque dos libros más en
físico con esas versiones).
A lo que voy es que, al ser un libro pura y
exclusivamente para fans, sentí que la autora dio varios detalles por sentado, y es
posible que a algún lector que agarre Oblivion sin saber nada de la historia
original, le parezca que hay ciertos agujeros en la trama. Hablando con algunos lectores amigos, ellos me dijeron “Si ves que una saga tiene tantos libros, no
vas a empezar por un 1.5”.
Es cierto, pero más vale prevenir que curar.
“La luz de
la habitación estaba encendida. Kat estaba despierta aunque fuera tarde.
Probablemente tendría la cabeza metida en algún libro, viviendo en algún mundo
de fantasía, mientras que yo estaba ahí fuera, viviendo en un auténtico mundo
de fantasía.”
Ese pequeño detalle, sumado a que encontré en
Oblivion los mismos “defectitos” que en Obsidian, me hicieron plantearme
ponerle 4 estrellas. Pero mi amor por Daemon, y por lo que sé que la historia
termina ofreciendo, fue más fuerte.
Otras cosas que me siguieron gustando tanto como la
primera vez:
1) Lo fácil y placentero que es leer a Jennifer: A
pesar de que fue la primera vez que leí una traducción de estos libros (y de
que me costó horrores acostumbrarme a un Daemon bocazas como es, en un español
lo menos neutro que puedan imaginarse —Mejor ni hablar del famoso “gatita”), la
escritura de la autora sigue siendo de esas que facilitan la lectura un cien
por cien. Algunos pueden considerarla simplona, pero a veces lo simplón termina
siendo mil veces mejor que lo rebuscado.
2) Los personajes: Quitando a Daemon del medio,
porque creo que ya dejé bastante claro que lo amo irremediablemente, los personajes
siempre me parecieron de lo mejorcito de la historia. Cada uno tiene su cosa,
pero todas las veces termino ponderando a Katy. Es cierto que, como casi toda
protagonista por estos días, dan ganas de zamarrearla, pero Kat me parece una
de las chicas más reales que he encontrado en la literatura juvenil. Y como
creo ya haber dicho en otra oportunidad, que sea blogger y ame los libros le
juega completamente a favor.
“Y unos
pocos momentos después, estaba sujetando una montaña de libros románticos. No
tenía idea de cómo mi vida había descarrilado tanto que eso era lo que estaba
haciendo un viernes por la tarde, pero una parte de mí no se sentía tan
molesta. Y, por supuesto, eso me molestaba todavía más.”
En fin, Oblivion fue para mí un viaje en la máquina del tiempo. Casi como una re-lectura con nuevos condimentos, y disfruté de ella cada
segundo. Si son fans de la Saga,
no pueden perderse este mimo de la autora.
Doy lo que sea por Daemon Black, así que… ¿Por qué
no darle 5 plumitas?